Volvimos a vernos


Amigos y adversarios siempre me han dicho lo mismo. Joder el tesón que tienes, mujer.

Lo logras todo.
 
Pues bien, lo conquiste. 
 
Hacía mucho que me había empeñado en volver a encontrarme con el.
 

Serian los años que le soñé, que el pasado se decolora, entonces le ponemos los tonos de nuestro presente.
 
Un día de la nada apareció, y fue en parte como los actos reflejos de Pavlov.
 
La emoción, el ego, el yo pude. Tanto así, que el no comprendía tanta alegría. Como siempre, lo sorprendí.
 
Y cuando me volvió a esperar, en honor al recuerdo, con una toalla en su cintura, ya no estaba semi desnudo. Cubría su pecho con una camisa. Donde se había ido el charme?
 
Y ahí, mirando la ventana, los dos, éramos los mismos, y a la vez no, habíamos cambiado.
 
Quienes éramos los que estábamos enfrente?. Ya sus besos no sabían a mar, y seguramente tampoco los míos. Ya no se hablo de sexo, sino de próstata. Los mágicos 50, se habían convertido en 60 señorones. No estaba nada mal, pero ni yo era aquella, ni el era aquel.
 
Yo había dejado de sentir, y seguramente el también. Ya muerta la magia, elevamos un gracias al Universo por no habernos arrepentido de aquellos mágicos años, donde ambos hicimos cosas tan locas y prohibidas.
 
Ahora, como viejos amantes, que se ven cada tanto, sabiendo que solo nos queda fascinarnos con la tele, u otros amantes dimos como superada esa etapa.
 
No puedo negarlo, desde que lo vi, la alegría me acompaña. Nada mas tieso que un ya fue.
 
Debo reconocer, que ya no soy la misma. No me conformo con ser el lado B de alguien.
 
Ya no soy mas la que por unos pesos abre su boca para succionar un pene, ya no soy aquella. La maté, la destruí. Ya no está.
 
Basta de fingir orgasmos, basta de oler desodorantes de hombres baratos. Basta que toquen mi control remoto como si fueran los dueños de casa y yo un adorno mas de la pieza de hotel.
 
Agradezco a la vida lo generosa que es. Tengo sexo por amor, que es una distancia muy grande a tener sexo por dinero, o por pasión.
 
Celebro lo aprendido, pero vuelvo a las fuentes. He vivido de todo, y no siempre fue glamoroso.
 
Como un juego de ajedrez, fui midiendo los movimientos. Jugué con cada pieza, y no por inteligente, sino por perseverante, hice un jaque mate .
 
Ojala todas las samaritanas del amor, tengan la misma suerte que yo.
 
Ser muy amadas, y amar cada día, como si fuera una mañana de domingo.
 
 
Un beso, Elena
Todos somos la persona correcta para alguien.

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